Mi camino de coach ontológico a ágil coach

“Y por fin la oruga se convirtió en mariposa
y de repente todos los bichos del bosque
la observaron cuando desplegó sus alas
y mostró su enorme potencial”.

¿Qué es la palabra Agilidad aplicada a un entorno empresarial?

Según mi experiencia [M1] , la agilidad en las organizaciones es sinónimo de dos palabras: adaptación y flexibilidad, las cuales que deben desarrollarse tanto en el accionar de las personas como en los procesos establecidos. Y ambas partes tienen que adaptarse a los cambios que surgen en el mercado donde la organización se desempeña.

Para transformar un perfil de coach ontológico a agile coach (o coach ágil en español) no hay una fórmula concreta, ni un único camino. En mi caso, vengo del mundo de Sistemas y en mi recorrido profesional me di cuenta que era muy necesario el desarrollo de mis habilidades blandas tales como la comunicación, la motivación, la empatía, la escucha y la gestión de conflictos, entre muchas otras.

Desde esta necesidad surgió mi interés por el coaching ontológico, el cual me brindó herramientas concretas para desarrollar mejor el liderazgo de diferentes equipos. Y, si hay algo que aprendí durante la carrera de coaching, es que nadie puede enseñar lo que no es y que por eso las habilidades las tenía que primero desarrollar en mí.

Cuando me recibí de coach ontológico me di cuenta que el coaching 1 a 1 no era lo que más me gustaba. En paralelo, estaba transitando un cambio en mi carrera profesional y tenía la necesidad de hacer cosas diferentes. Y en este proceso me crucé con la disciplina conocida como Agilidad o Agile.

Hice un curso de Scrum Master y trabajé como tal. Luego un proyecto me llevó a otro y continué capacitándome en esta línea. Pensé que la Agilidad solo se trataba de aprender un marco de trabajo, pero al poco tiempo me di cuenta que no era así; me crucé con personas cuyo conocimiento me ayudó a trabajar en mi pensamiento y no tanto en “el hacer” agilidad (aplicar frameworks, métodos o técnicas agiles). 

La agilidad tiene dos partes fundamentales [M2] que, si una de ellas no se da, la agilidad no puede sostenerse en el tiempo. Y una de esas partes fundamentales es el “Ser Ágil”; esto es lo que permite aplicar más fácilmente un framework, una técnica o un método.

El “ser ágil” es donde los coaches ágiles desarrollamos nuestras habilidades porque es donde se presenta el mayor desafío. Al implementar un sistema ágil nos encontramos con la resistencia a desaprender lo conocido y desarmar la propia automatización del hacer. En este plano, el coach ágil tiene que usar diferentes sombreros para enseñar y ayudar a las personas y a las organizaciones a aprender lo que necesitan para alcanzar el cambio que buscan.

Para ayudar a las personas a transitar un nuevo camino de aprendizaje de una manera más segura y confiable, el coach agile no solo conduce conversaciones poderosas, sino que tiene que desplegar una gran variedad de herramientas y habilidades de acuerdo a cada necesidad. En algunas situaciones tiene que ser mentor, en otras enseñar prácticas, ser facilitador en espacios de co-construcción de entendimientos y acuerdos o despegar su especialidad técnica. 

Un agile coach necesariamente tiene que llevar varios sombreros y el mayor desafío es descubrir cuál de ellos es el que genera mayor impacto según el problema a resolver.

El coach ágil es un generalista y por esta característica tan distintiva es que debe mantenerse en constante desarrollo de sus capacidades y habilidades.

Yo me considero una constante aprendiz; mi paso por las diferentes organizaciones me llevaron a aprender sobre temas distintos porque lo que sirve en una organización no siempre funciona en otras.

En agilidad, a este proceso lo llamamos experimentar. La experimentación se da cuando planteamos una hipótesis, generamos un experimento y revisamos los resultados para probar –o no- la hipótesis. Si no se obtiene el resultado esperado adaptamos y volvemos a experimentar y recuperamos un aprendizaje en cada uno de los experimentos.

No todos los Agile Coach deben tener una formación técnica para trabajar con equipos, pero sí es imprescindible tener conocimientos sobre estos temas ya que los Agile Coach suelen desempeñarse Scrum Masters dentro de equipos de desarrollo de software. Además el manifiesto ágil – la piedra fundamental sobre la cual se basan las prácticas ágiles- nació dentro del mundo del software.

Como Agile Coach puedo anticiparte que, si te embarcas en este camino, habrá una gran inversión de tiempo (y, sí, también de dinero) y que será necesario tener una predisposición al aprendizaje continuo, ya que no hay un único curso o certificación que habilite a tener todos los sombreros. La caja de herramientas se va armando a medida que los desafíos suceden.

Espero haberte ayudado a entender mejor de qué se trata ser un Agile Coach. Podés contactarme en mi linkedIn si te quedaron dudas y ¡que la fuerza te acompañe!

Carolina Coppola

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